Muchas veces nos sentimos mal con nosotros mismos y eso conlleva a sentirnos mal con el resto de personas que están a nuestro alrededor, esto mismo también les pasa a los niños/as.
¿Qué pasa?,¿Cual es el problema de sentirnos mal?. Si nos paramos a pensar un poco, a hacer una pequeña meditación, o una introspección hacia nosotros mismos nos daremos cuenta que somos fundamentalmente pensamiento, sentimiento y conducta (heredada y aprendida), de modo que si los tres no concuerdan esto deriva en problema, y esque cuando las personas comenzamos a sentir de modo diferente y a pensar actuamos de manera distínta y eso conlleva a un disertación como diría Hamlet "ser o no ser", esa es la cuestión.
La causa principal del malestar emocional es el pensamiento disfuncional. Si al salir del cole, de casa, de donde sea, te encuentras con un día de lluvia, o que alguien te ha dado plantón, depende de uno mismo enfadarse o simplemente aceptar que esto es lo que pasa ahora mismo.Si observamos bien veremos que una situación de ansiedad, por ejemplo, se genera a partir de aquello que nos decimos a nosotros mismos.
Las emociones están en nuestra vida, y muchas veces estas emociones invaden el espacio del niño/a, del alumno o del hijo/a. Creo que enseñar a los niños y niñas a conocer y comprender sus propias emociones y las de los demás es imprescindible para ayudarles a ser más empáticos y resilientes.
Como bien dice el blog http://www.sec3educaryformar.es/523/blog/regulacion-emocional-para-ni-os-y-ni-as.aspx
"Las emociones deben aceptarse, "todos los sentimientos están bien, pero no todos los comportamientos" ( Snel, E. 2013:97). Ayudar a los niños a analizar cómo se sienten, pensar qué les ha producido esa emoción y reflexionar sobre cómo han actuado y expresado su emoción, es un guión básico que debe incorporarse en nuestra rutina diaria."
Tanto si esto lo quieres aplicar para ti mismo como para el alumno, o para tu hijo/a, te recomiendo que sigas estos sencillos pasos:
Hace mucho tiempo había una hermosa tortuga que tenía (4,5,6,7,8) años y que se llamaba Gala. A ella no le gustaba demasiado ir al cole.
Prefería estar en casa con su hermano menor y con su madre. No le gustaba aprender cosas en el colegio. Prefería correr, jugar. Era demasiado pesado hacer fichas y copiar de la pizarra. No le gustaba escuchar al profesor, era más divertido hacer ruidos de coches y nunca recordaba qué es lo que tenía que hacer. A Pepe lo que le gustaba era enredar con los demás compañeros, meterse con ellos y gastarles bromas.
Cada día, cuando iba camino del colegio, se decía que intentaría no meterse en líos, pero luego era fácil que alguien hiciera que perdiera el control, y al final se enfadaba, se peleaba y el profesor le reñía o le castigaba.“ Siempre metido en líos”, pensaba.“ Como esto siga así voy a acabar odiando al colegio y a todos”. La tortuga lo pasaba muy pero que muy mal. Un día de los que peor se sentía encontró al viejo señor Tortuga, el más sabio del lugar.
Cuando el señor Tortuga vio a Gala le preguntó por qué estaba tan triste, y Gala le contó lo que le pasaba, que siempre se metía en problemas y que se portaba mal sin saber por qué. El señor Tortuga le sonrió y le dijo que comprendía lo que le había contado porque hacía mucho tiempo, antes de que fuera tan sabio, él también se enfadaba cuando hacía cosas que no estaban bien. Gala se sorprendió y le preguntó cómo había aprendido a portarse bien. El señor Tortuga le dijo:” Bien, Pepe, he aprendido a utilizar mi protección natural, mi caparazón”.
“Tú también puedes esconderte en tu concha siempre que tengas sentimientos de rabia, cuando tengas ganas de gritar, de pegar, de romper cosas. Cuando estés en tu concha puedes descansar hasta que ya no te sientas tan enfadado. Así que la próxima vez que te enfades! métete en tu concha!
El señor Tortuga le contó a Gala que había aprendido a dominarse en las situaciones difíciles metiéndose en su caparazón, respirando profundamente y relajándose (soltando todos sus músculos, dejando que cuelguen manos y pies, no haciendo nada de fuerza con su tripa, respirando lentamente, profundamente). Además, pensaba cosas bonitas y agradables mientras se estaba relajando.
Después pensaba en la situación en la que se encontraba y en la forma de solucionarla.
Planteaba cuatro o cinco ideas e imaginaba lo que sucedería si ponía en práctica cada una de estas cosas.
Finalmente seleccionaba la mejor.
Así es como llegó a ser sabio. Bien, Gala se entusiasmó realmente con la idea. Fue más a gusto al colegio cada día pues tenía muchos amigos y su profesor y sus padres estaban muy contentos con él.
Gala siguió practicando cómo solucionar las situaciones difíciles hasta que verdaderamente lo hizo bien. Tu puedes también hacer lo que hace Gala. Cuando estés muy enfadada y veas que vas a meterte en líos, puedes aislarte en tu caparazón, relajarte y decidir qué es lo que deberías hacer
UN saludo a todos/as
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