domingo, 15 de noviembre de 2015

DEL RINCÓN DE PENSAR AL RINCÓN DE VACIAR LA MENTE




Desde bien pequeños, desde que entran en la guardería, los alumnos/as son sometidos a acudir al "rincón de pensar".
¿A pensar?, muchos  de ellos, aún no tiene la conciencia del bien o del mal, pero ahí los mandamos......Unos para que mediten... ¿Meditar? ,¿qué es eso?, otros para que estén un rato tranquilos, o más bien nos dejen tranquilos a  los maestros y al resto del alumnado, y otros  verdaderamente lo usan como su nombre indica..... los mandan a pensar, previamente habiendoles enseñado qué es pensar.
Enseñar a pensar es básico desde la más tierna infancia, como defiende el filósofo Robert Swartz.
La propuesta de Swartz es sencilla: «Los alumnos de Infantil aprenden y piensan de manera diferente. Esto está relacionado con la estructura de la mente y de su cerebro». Sin embargo, con el paso de Infantil a Primaria las cosas cambian radicalmente y de la actitud de un niño de tres años, que siempre quiere ser preguntado por la profesora, se pasa a la de la actitud: ¿por qué me pregunta a mí? .
Muchos de nosotros que ya hemos dejado atrás la Educación hace algunos años......Y lo que antes recordábamos hasta con miedo, ahora anhelamos ese rincón de pensar, ese rinconcito donde poder estar "en paz", en silencio o apartarnos de todo por unos instantes sea para pensar o simplemente para lo que sea,y es que hay cosas que te enseñan de pequeño y te das cuenta de su importancia de  mayor.

¿porqué no creamos el rincón de vaciar la mente en el aula?. ¿porqué todo ha de ser pensar y pensar y pensar, cuando aún muchos no saben ni lo que han de pensar.





Hagamosles imaginar que su mente es  como una  piscina llena de bolas. Las bolas son sus emociones, sus pensamientos, sus quehaceres diarios: ira, rabia, pena, alegría, tristeza, ansiedad, ilusión......
Construyamos una especie de  piscina con las figuras esas de psicomotricidad, donde ese sea su fuerte, su castillo, su fortaleza, donde nadie les  puede molestar.
Y ahí, nuestro alumno/a metido, ha de empezar a meditar, a pensar, a respirar en cómo vaciar su mente, como si de una piscina de bolas se tratara hasta conseguir limpiarla del todo.
Lo que pretendo decir metafóricamente es que  su mente es cómo esa piscina llena de  bolas desorganizadas  y que cuando el niño/a acuda al rincón de vaciar la mente consiga por medio de la meditación devolverle a su propia mente ese estado de libertad, ligereza y paz.
Esto es como todo, cómo cuando iban al rincón de pensar y no sabían muy bien que hacer.... la práctica  se va convirtiendo en un hábito, el hábito en constumbre y la costumbre en creencia.
Los alumnos pueden acudir a él cuando crean que lo necesitan, también cuando el maestro o maestra lo crea conveniente, pero no hay momento ni hora exacta, es cuando es.
Cómo decía Gandhi: " Cuida tus hábitos, porque se convertirán en tu destino"

En España, la Asociación Española de Mindfulness – Aemind, puso en marcha en 2013 el proyecto ‘Escuelas Conscientes’, un programa pionero en España que ayuda a los niños a afrontar el estrés y regular las emociones, mejorar la capacidad de atención y desarrollar la sintonía intrapersonal e interpersonal. Los colegios que trabajan mindfulness en las aulas coinciden en que los niños mejoran su capacidad de autocontrol, la empatía y el respeto por sus compañeros, y mejora el ánimo de los profesores. Los objetivos son ambiciosos y es posible que estos proyectos sean los primeros pasos dentro de la normalización de la meditación en la etapa escolar.He tenido la suerte de poder conocerlos y traerlos al CEFIRE para formar a  los maestros en estas técnicas que aunque de moda ahora, son más propias de los tiempos de maricastaña, algo retro tal vez, pero por los tiempos que vivimos puede que debamos de regresar al pasado para comprender muchas cosas que suceden en la actualidad y así en ese mismo presente abandonarlas para el futuro.
Gracias a Luis, Mar y Rodrigo por aparecer en mi vida y ver que verdaderamente estas locuras que me entraban en clase de dejar de lado el curriculo para centrarme en los alumnos está científicamente constatado.
A los maestros que me lean...... por favor, haced  un rincón de vaciar la mente.
Saludos Irene







miércoles, 4 de noviembre de 2015

Pienso, siento y por último actuo


Muchas veces nos sentimos mal con nosotros mismos y eso conlleva a  sentirnos mal con el resto de personas que están a nuestro alrededor, esto mismo también les pasa a los niños/as.
¿Qué pasa?,¿Cual es el problema de sentirnos mal?. Si nos paramos a pensar un poco, a hacer una pequeña meditación, o una introspección hacia nosotros mismos nos daremos cuenta que somos fundamentalmente pensamiento, sentimiento y conducta (heredada y aprendida), de modo que si los tres no concuerdan esto deriva en problema, y esque cuando las personas comenzamos a sentir de modo diferente y a pensar actuamos de manera distínta y eso conlleva a un disertación como diría Hamlet "ser o no ser", esa es la cuestión.
La causa principal del malestar emocional es el pensamiento disfuncional. Si al salir del cole, de casa, de donde sea, te encuentras con un día de lluvia, o que alguien te ha dado plantón, depende de uno mismo enfadarse o simplemente aceptar que esto es lo que pasa ahora mismo.Si observamos bien veremos que una situación de ansiedad, por ejemplo, se genera a partir de aquello que nos decimos a nosotros mismos.

Las emociones están en  nuestra vida,  y muchas veces estas emociones invaden el espacio del niño/a, del alumno o del hijo/a. Creo que enseñar a los niños y niñas a conocer y comprender sus propias emociones y las de los demás es imprescindible para ayudarles a ser más empáticos y resilientes.
Como bien dice el blog http://www.sec3educaryformar.es/523/blog/regulacion-emocional-para-ni-os-y-ni-as.aspx
"Las emociones deben aceptarse, "todos los sentimientos están bien, pero no todos los comportamientos" ( Snel, E. 2013:97). Ayudar a los niños a analizar cómo se sienten, pensar qué les ha producido esa emoción  y reflexionar sobre cómo han actuado y expresado su emoción, es un guión básico que debe incorporarse en nuestra rutina diaria."

Tanto si esto lo quieres aplicar para ti mismo como para el alumno, o para tu hijo/a, te recomiendo que sigas estos sencillos pasos:


Hace mucho tiempo había una hermosa tortuga que tenía (4,5,6,7,8) años y que se llamaba Gala. A ella no le gustaba demasiado ir al cole.
Prefería estar en casa con su hermano menor y con su madre. No le gustaba aprender cosas en el colegio. Prefería correr, jugar. Era demasiado pesado hacer fichas y copiar de la pizarra. No le gustaba escuchar al profesor, era más divertido hacer ruidos de coches y nunca recordaba qué es lo que tenía que hacer. A Pepe lo que le gustaba era enredar con los demás compañeros, meterse con ellos y gastarles bromas.
Cada día, cuando iba camino del colegio, se decía que intentaría no meterse en líos, pero luego era fácil que alguien hiciera que perdiera el control, y al final se enfadaba, se peleaba y el profesor le reñía o le castigaba.“ Siempre metido en líos”, pensaba.“ Como esto siga así voy a acabar odiando al colegio y a todos”. La tortuga lo pasaba muy pero que muy mal. Un día de los que peor se sentía encontró al viejo señor Tortuga, el más sabio del lugar.
Cuando el señor Tortuga vio a Gala le preguntó por qué estaba tan triste, y Gala le contó lo que le pasaba, que siempre se metía en problemas y que se portaba mal sin saber por qué. El señor Tortuga le sonrió y le dijo que comprendía lo que le había contado porque hacía mucho tiempo, antes de que fuera tan sabio, él también se enfadaba cuando hacía cosas que no estaban bien. Gala se sorprendió y le preguntó cómo había aprendido a portarse bien. El señor Tortuga le dijo:” Bien, Pepe, he aprendido a utilizar mi protección natural, mi caparazón”.
“Tú también puedes esconderte en tu concha siempre que tengas sentimientos de rabia, cuando tengas ganas de gritar, de pegar, de romper cosas. Cuando estés en tu concha puedes descansar hasta que ya no te sientas tan enfadado. Así que la próxima vez que te enfades! métete en tu concha!
El señor Tortuga le contó a Gala que había aprendido a dominarse en las situaciones difíciles metiéndose en su caparazón, respirando profundamente y relajándose (soltando todos sus músculos, dejando que cuelguen manos y pies, no haciendo nada de fuerza con su tripa, respirando lentamente, profundamente). Además, pensaba cosas bonitas y agradables mientras se estaba relajando.
Después pensaba en la situación en la que se encontraba y en la forma de solucionarla.
Planteaba cuatro o cinco ideas e imaginaba lo que sucedería si ponía en práctica cada una de estas cosas.
Finalmente seleccionaba la mejor.
Así es como llegó a ser sabio. Bien, Gala se entusiasmó realmente con la idea. Fue más a gusto al colegio cada día pues tenía muchos amigos y su profesor y sus padres estaban muy contentos con él.
Gala siguió practicando cómo solucionar las situaciones difíciles hasta que verdaderamente lo hizo bien. Tu puedes también hacer lo que hace Gala. Cuando estés muy enfadada y veas que vas a meterte en líos, puedes aislarte en tu caparazón, relajarte y decidir qué es lo que deberías hacer



 SOMOS LO QUE PIENSO, SIENTO Y ACTUO. CUANDO ESTO SE DA, SOMOS NOSOTROS MISMOS.

UN saludo a todos/as

Técnica de la tortuga

martes, 27 de octubre de 2015

CUAL BAMBU HEMOS DE SER


Viendo la película de Mulan pensé en la flexibilidad mental, pensé en aquello que nos hace falta a los maestros y a las personas en general para poder llegar a  "buen puerto" navegando entre aquellas condiciones que se nos pongan delante.No sabemos donde estará ese puerto. Puede que queramos o creamos o tal vez nos digan que ahí estará , pero tal vez, si somos como el bambú, lleguemos a donde debemos y no a donde nos dijeron que tendríamos que llegar.
 Ser flexible a aprender.Viendo Mulán me dí cuenta de esto. Una simple canción, una película infantil puede hacerte ver las cosas de otro modo.
Dice la canción:

Yo soy suave algodón,cual bambú me muevo sin fin,porque no se me 
olvida que en la acción 
el temor no se me ve.Con vigor (háhá) yo aguantaré (háhá) con valor 
sabré sufrir (háhá) 
Cortar como ser,pensar con gran fe. 
Esta es mi lección,esta es mi lección,esta es mi lección,esta es mi 
lección 



Ser como el bambú significa estar dispuestos apensar, sentir y actuar, con una intención de apertura, adaptándonos a las situaciones y olvidándonos de antiguos esquemas, modelos o patrones adquiridos en nuestra trayectoria de aprendizaje.

Siguamos  la filosofía de Mulán que se mece entre la furia del viento y así supera la tempestad…
La flexibilidad mental
Ser flexible mentalmente conlleva mantener una actitud abierta a opiniones, oportunidades nuevas de aprendizaje, a evolucionar y experimentar.
Es estar dispuestos a pensar, sentir y actuar, con una intención de apertura, adaptándonos a las situaciones y olvidándonos de antiguos esquemas, modelos o patrones adquiridos en nuestra trayectoria de aprendizaje.
A nivel general, la flexibilidad mental está relacionada con la capacidad de adaptación y en última instancia de cambio.
Una mente abierta tiene muchas más posibilidad de ser partícipe de cambios constructivos en cualquier área de nuestras vidas.
Es ser como el bambú y su habilidad de ser flexible ante el viento, no cediendo ante éste, sino aceptándolo.
Es saber que más allá de nuestro punto de vista, existen otros muchos muy diferentes y distintos, pero que por distintos que sean no significan que sean erróneos o estén confundidos,incluso pueden llegar a ser complementarios sobre un mismo objeto y ser diferentes criterios.

Ser flexibles ante las opiniones o creencias, no significa resignarse, o acogerse a éstas, sino tratar de entenderlas y comprender las diferentes posibilidades. Conocerlas. Sin poner límites, no seas rígido. Sigue adelante, abrete a las diferentes formas de pensamientos.
Ser rígidos puede llevarnos a que nuestro día a día se convierta en una prueba de obstáculos.
Nuestra vida es un cúmulo de inseguridades e incertidumbres continuas, presentándonos retos día a día que ni imaginábamos.
Por ello, si mantenemos una actitud rígida no adelantaremos nuestros pasos en el camino, sino que nos quedaremos atrapados en un agujero junto a estrategias, opiniones y creencias que aunque pudieron funcionar en su momento, puede que ahora tan solo nos entorpezcan.

De ahí, la adopción de la flexibilidad mental y el abandono a intentar caminar sobre seguro.
La mente nos aconseja seguir viviendo como lo estábamos haciendo hasta ahora con todo su repertorio de pensamientos, sentimientos y conductas, manteniendo su rutina, porque así piensa que habrá menos posibilidades de errar o de enfrentarse a la incertidumbre.


Y se olvida de ser flexible y mantener una actitud abierta y dispuesta al cambio si es necesario. Se olvida que adaptarse, no es sinónimo de ser rígido sino de ser flexible.
Por ello, hay que entrenarla, con una actitud de aceptación y compromiso, sabiendo que aunque albergamos muchas creencias, siempre hay una posibilidad para atender a otras nuevas formas de ver las cosas.

Aquí os dejo un  un cuento japonés sobre  el bambú, espero os guste.

Hace mucho tiempo, dos agricultores iban caminando por un mercado cuando se pararon ante el puesto de un vendedor de semillas, sorprendidos por unas semillas que nunca habían visto.
“Mercader, ¿qué semillas son estas?”, le preguntó uno de ellos.
“Son semillas de bambú. Vienen de Oriente y son unas semillas muy especiales”.
“¿Y por qué habrían sido de ser tan especiales?”, le espetó uno de los agricultores al mercader.
“Si os las lleváis y las plantáis, sabréis por qué. Sólo necesitan agua y abono”.
Así, los agricultores, movidos por la curiosidad, compraron varias semillas de esa extraña planta llamada bambú.
Tras la vuelta a sus tierras, los agricultores plantaron esas semillas y empezaron a regarlas y a abonarlas, tal y como les había dicho el mercader.
Pasado un tiempo, las plantas no germinaban mientras que el resto de los cultivos seguían creciendo y dando frutos.
Uno de los agricultores le dijo al otro: “Aquél viejo mercader nos engañó con las semillas. De estas semillas jamás saldrá nada”. Y decidió dejar de regar y abonarlas.
El otro decidió seguir cultivando las semillas con lo que no pasaba un día sin regarlas ni abonarlas cuando era necesario.
Seguía pasando el tiempo y las semillas no germinaban.
Hasta que un buen día, cuando el agricultor estaba a punto de dejar de cultivarlas, se sorprendió al encontrarse con que el bambú había crecido. Y no sólo eso, sino que las plantas alcanzaron una altura de 30 metros en tan solo 6 semanas.
¿Como era posible que el bambú hubiese tardado 7 años en germinar y en sólo seis semanas hubiese alcanzado tal tamaño?
Muy sencillo: durante esos 7 años de aparante inactividad, el bambú estaba generando un complejo sistemas de raices que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después la planta.
Si no consigues lo que anhelas, no desesperes….Quizás sólo estés echando raices.






MULAN: 
Uno solo no valdrá,los dos hacen faltaaa.. 
Cambia el tiempo y la estacióooon,esta es mi lección. 

NIÑAS: 
Ahí va,¡Qué bien! 

MULAN: 
Con vigor (háhá) tu aguantarás (háhá) con valor sabrás sufir (háhá) 
Cortar como ser,pensar con gran fe. 

NIÑAS: 
Con vigor (háhá) yo aguantaré (háhá) con valor sabré sufir (háhá) 
Cortar como ser,pensar con gran fe. 

NIÑA: 
-Vale Mulán,¡Estoy lista! 
MULAN: 
-ahá..pero aun pierdes el equilibrio,estas a mitad de camino. 

Eres suave algodón,cual bambú te mueves sin fin,pero no se te olvide 
que en la acción 
el temor se te ve. 

NIÑAS: 
Yo soy suave algodón,cual bambú me muevo sin fin,porque no se me 
olvida que en la acción 
el temor se me ve. 

NIÑAS Y MULAN: 
Uno solo no valdrá(Uno solo no valdrá)Los dos hacen falta(Los dos hacen 
falta) 
Cambia el tiempo y la estacióooon(Cambia el tiempo y la estacióooon) 
Esta es mi lecciooooooon 

NIÑAS (TODO A LA VEZ): 
Yo soy suave algodón,cual bambú me muevo sin fin,porque no se me 
olvida que en la acción 
el temor no se me ve.Con vigor (háhá) yo aguantaré (háhá) con valor 
sabré sufrir (háhá) 
Cortar como ser,pensar con gran fe. 
Esta es mi lección,esta es mi lección,esta es mi lección,esta es mi 
lección 
ESTA ES MI LEECCCIOOOON!